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Copa del Mundo de rugby
El atleta cristiano y primer capitán negro de Sudáfrica jugó un gran partido en la final ante Nueva Zelanda, tras recuperarse milagrosamente de una grave lesión.
Siya Kolisi disputó este pasado sábado 28 de noviembre en París su segunda final del mundo como capitán de la selección sudafricana de Rugby; siendo el primer jugador negro que ostenta este rol. Los Springboks se enfrentaron a los neozelandeses con sus legendarios All Blacks, ambos países poseen tres títulos mundiales.
Siya Kolisi ha sido uno de los jugadores destacados que tuvo Sudáfrica en este Mundial de Rugby 2023. Además, el ala jugó en gran nivel en el triunfo ante los All Blacks en la apretada final (vencieron 12 a 11), y logró así un bicampeonato mundial.
Kolisi, nacido en Port Elizabeth y de 32 años, fue nombrado como el primer capitán negro en la historia de los Springboks en 2019 y los guió a levantar la Copa del Mundo en el Mundial 2019 que se disputó en Japón. De no ser por el rugby y su fe en Jesús, su vida hubiera estado abocada a la miseria. Nació en la pobreza más extrema en Port Elizabeth y lo crió su abuela en un barrio marginal solo para negros, ya que sus padres aún eran adolescentes.
Un milagro para poder jugar la final
La presencia del icónico atleta en esta competición fue catalogada de milagrosa debido a una lesión en la rodilla que ameritó operación. Todo esto ocurrió antes del torneo y los expertos consideraban que no podría recuperarse a tiempo.
“Tuve que creer en un poder mucho más fuerte que yo. De ahí saqué mi confianza todos los días, sentí que, sin importar lo que sucediera en el proceso, estaba bien. No había manera de justificar o explicar cómo me estaba curando tan rápido”, dijo Siya Kolisi refiriéndose a la obra de Dios en su cuerpo según resume el medio Rugby365.
También reseñaron que uno de los entrenadores preguntó en broma a Kolisi si él, como es común en la cultura africana, había visitado a un sangoma (curanderos tradicionales del continente). La respuesta de Kolisi fue “No tengo un sangoma, tengo un Pastor (Jesús). Yo le oro y le oro”.
Por otra parte, se resaltó el rol de su esposa en medio de este proceso: “Fue muy buena, simplemente oró y creyó que yo podría llegar hasta aquí” señaló el jugador.
Este devoto cristiano de 32 años de edad también dio crédito a los cirujanos, fisioterapeutas y entrenadores. Señaló que a pesar de algunas dudas que surgieron, mantuvo su fe. “Mi fundamento estaba en Dios. Si no sabía algo, oraba por ello” resaltó.
Una final histórica
El partido más recordado entre Nueva Zelanda y Sudáfrica fue la final del Mundial de 1995 que marcó un referente para combatir el racismo imperante en esa nación africana. Dicho juego, que ganaron los Springbok 15-12, fue inmortalizado incluso en películas, y es recordado por como Nelson Mandela usó el deporte para la unificación en ese país.
Después de ganar, el expresidente sudafricano estrechó la mano de su capitán François Pienaar, una victoria celebrada por todas las razas. A partir de allí, el tiempo avanzó, y llegó otro momento histórico donde Kolisi se convirtió en el primer capitán de raza negra del equipo.
Siya levantó la tercera Copa del Mundo de los Springbok hace cuatro años en Japón y ha hecho historia este sábado pasado en Francia, tras vencer a los neozelandeses y su tradicional “Haka” un himno que cantan antes de los partidos y que es todo un espectáculo de intimidación.