Godsend Multimedios

Internacionales

El derrumbe del edificio en Miami y la Biblia

Algo similar ocurrió en Jerusalén, en tiempo de Jesús, cuando la torre de Siloé se derrumbó y murieron 18 personas.

¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera». Lucas 13. 4-5 NVI

Mientras escribo estas líneas, es viernes por la tarde.  Las operaciones de búsqueda y rescate continuarán durante toda la noche en el edificio Champlain Towers en Miami.

En el edificio estaban 6 personas paraguayas y muchas otras latinoamericanas. No he leído mucho sobre esas otras personas, pero sí hemos escuchado que los paraguayos son una familia de 5 integrantes de la clase más alta política y económica de mi país. Se trata de un matrimonio y 3 niños menores de 9 años. La sexta persona es una estudiante de enfermería perteneciente a una familia de muy escasos recursos, que trabajaba como cuidadora de los niños. 

Evidentemente el tema es bastante complicado, ya que no aparecen entre los rescatados, y ya han pasado 36 horas del trágico suceso que seguramente todos hemos visto en los noticiosos.

También he visto algunos posteos en las redes sociales en son de burla hacia los que llaman "la clase oligárquica".  No estoy de acuerdo con este tipo de bromas de mal gusto, ya que una tragedia nos puede tocar a cualquiera.

Tal vez algunos incluso están pensando ¿por qué su santo no los protegió? ya que la familia tiene un tremendo templo en el patio de su casa.

Pero yendo a lo que quiero decir, algo similar ocurrió en Jerusalén, en tiempo de Jesús, cuando la torre de Siloé se derrumbó y murieron 18 personas.

Quizás se pueda identificar con la gran torre construida por Nehemías en la pared de Ofel (2 Crónicas 27: 3; Neh 3: 26–27) o con una de las torres construidas en la pared de Jerusalén cerca del estanque de Siloé.

Aunque no tenemos otros datos históricos, vemos que lo que Jesús dijo tiene una enseñanza: Dios no castiga ni recompensa en función del mérito del ser humano.

No quiero afirmar que Dios no tiene nada que ver con estas catástrofes, aunque Él siempre está al tanto de todo lo que sucede. Pero categóricamente estos hechos no los utiliza para destruir a quienes no creen en él.

En mi vida de 50 años he visto a personas tremendamente fieles a Dios, con vidas ejemplares, perecer en desastres de todo tipo, accidentes automovilísticos, de aviones o marítimos. No recuerdo personalmente que alguno de mis conocidos haya sufrido un derrumbe de un edificio, pero he escuchado de iglesias incendiadas o derrumbadas con gente adentro en lejanos países. He escuchado de cristianos que también perecieron en terremotos. Y seguramente los habrá por otras tragedias como tsunamis, inundaciones, o cualquier otro evento fuera del control de los seres humanos.

El punto de lo que Jesús declara en Lucas 13 es simple: no toda tragedia es indicativo de pecado. Una tragedia como la de la Torre de Siloé no es indicativo de pecado. Una tragedia como la de Miami no es indicativo de pecado. La ceguera del ciego de nacimiento del texto bíblico, no era un indicativo de pecado. Esto lo afirmó Jesús categóricamente.

Todos somos culpables, por lo que todos debemos arrepentirnos. Quizá esta tragedia debiera hacernos reflexionar sobre la brevedad de la vida y lo vulnerables que todos estamos ante cualquier tipo de tragedia.

Hermanos, es tiempo de arrepentirnos, especialmente si nos sentimos superiores a quienes perecieron en esta catástrofe en Miami. También debiéramos arrepentirnos si creemos que  esto nunca nos sucederá a nosotros. Y debemos arrepentirnos si estamos deseando el mal a cualquier prójimo que no nos cae bien por algún motivo.

El Señor nos siga protegiendo, pero especialmente que proteja nuestros corazones, para que podamos estar firmes en el día malo. (Ef. 6.13)

Página:

http://godsend.com.ar//noticia/internacionales/2021/06/27/el-derrumbe-del-edificio-en-miami-y-la-biblia/1186.html