Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. —SALMO 145:2

Alabanza: “Ofrenda de agradecido homenaje a Dios, ya sea a través de palabras o de una canción. Si observamos algunas de las palabras hebreas que se traducen como alabanza, notaremos que se habla de una imagen vívida. La más común es Halal, que significa ‘hacer un espectáculo, alardear; ser [o clamar como] tonto; delirar’. Yadá, que significa venerar o adorar con las manos extendidas. Barak, que significa bendecir. T?hillá, que se refiere a una ‘canción o himno de alabanza’. Zamar, que se refiere a tocar un instrumento y alabar a Dios con música y con un corazón de agradecimiento, y Shabaj, que significa alabar a Dios en voz alta.

¡La alabanza es un arma!

Alabar es elevar. Cuando alabamos a Dios, lo elevamos por encima de todo. Recordamos su bondad y lo elevamos por sobre cada batalla y lucha. Alabar es contrarrestar la oposición y fijar los ojos intencionalmente en Jesús y en su gloria. Por eso es que es una disciplina tan característica y poderosa de los hijos de Dios. Este tipo de alabanza inusual establece el tono para una vida de victoria. Implica hacer ruido, levantar las manos y agradecer deliberadamente a Dios por lo que es y por todo lo que ha hecho. La alabanza inusual no se molesta por las opiniones del hombre y no tiene miedo de parecer tonta. De hecho, los que alaban son tontos a los ojos de quienes confían en sus propios medios para actuar. El que alaba se concentra en Dios; Él es el principal. La alabanza aleja la oscuridad, derriba muros y libera gran gloria, pues invoca el poder transformador de Dios.

ORO PROFÉTICAMENTE…

Gracias Señor, por hacerme un adorador. Decreto que estoy llevando mi alabanza a un nivel superior. Te alabaré con todo mi ser, aunque a los demás les parezca tontería. Me acerco sinceramente a Tu presencia, sin vergüenza ni miedo. Declaro que eres grande y digno de alabanza. Es un honor pasar tiempo contigo y amarte, Padre. Gracias por poder alabarte de manera inusual. En el nombre de Jesús, amén.