Deportes
Atleta olímpico Vincent Hancock gana su tercer oro, la fe en Cristo lo mantiene humilde
“Al principio de mi carrera sólo confiaba en mí mismo y en ‘quiero ganar una medalla de oro’. Dios me ha hecho fiel porque ahora sé lo que es realmente la fe”, asegura.
El tirador estadounidense Vincent Hancock consiguió este lunes la tercera medalla de oro olímpica de su carrera deportiva en la modalidad de Skeet (tiro al plato) tras imponerse en la final de los Juegos de Tokio.
Tras el oro de Amber English en esta disciplina, su compatriota, campeón en Pekín 2008 y Londres 2012, pero sólo decimoquinto en Río de Janeiro se colgó su tercer metal dorado olímpico con una puntuación de 59, nuevo récord olímpico. El danés Jesper Hansen (56) y el kuwaití Abdullah Alrashidi (46) fueron plata y bronce, respectivamente.
Hancock es el tercer tirador de la historia olímpica que gana tres medallas de oro en la misma prueba.
Hancock durante la clasificación masculina de skeet en el tercer día de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 / Kevin C. Cox
Testimonio de fe
El medallista de oro olímpico y tres veces campeón del mundo sabía a los 10 años que el deporte del plato alimentaba una pasión en su interior.
En 2008, mientras se entrenaba para los Juegos Olímpicos de Pekín, se casó con Rebekah. Ella trató silenciosamente de mantenerlo aterrizado en Cristo.
Ella dijo: “siempre intentaba animarle a saber que Dios tiene el control y en cualquier momento de preocupación o de necesidad que Dios está con nosotros. Y Dios nos cubre la espalda”.
“Siempre me consideré un cristiano, pero mirando ahora hacia atrás, era cualquier cosa menos eso”, dijo Vincent. “Estaba centrado en el oro y ese era mi único pensamiento. Básicamente lo arrastraba conmigo”.
Vincent era el campeón del mundo y el favorito para ganar el oro. De hecho, ganó su primera medalla de oro en esos Juegos Olímpicos de 2008 y estuvo en lo más alto durante un tiempo.
“Ese era mi sueño. Ese era mi objetivo. Así que me subí a ese carro, gané el campeonato del mundo en 2009 por segunda vez”, dijo Vincent.
Punto de quiebre
Pero en 2010, Vincent sólo consiguió una medalla y empezó a mostrarse irritable y exigente en casa.
“Y luego como que todo culminó en mi peor año y uno de nuestros peores años de nuestra relación también en 2011”, dijo Vincent. “Donde estaba compitiendo lo peor que había competido, ya no me divertía, y no sabía qué hacer”.
Rebekah dijo: “Intentaba animarle y decirle, ‘sólo ora, y sólo pide a Dios y estate en ese lugar con Dios para que Él pueda guiarte a donde Él quiere que vayas’”.
Finalmente, las palabras de su mujer calaron y él siguió su consejo.
"Estaba centrado en el oro… era mi único pensamiento".
“Estaba frustrado con ella, conmigo mismo y con Dios", dice Vincent. "Aquella noche oré durante horas y lloré. Ni siquiera sé cuánto tiempo, fue demasiado, lo sé. Pero aparentemente fue lo suficientemente largo, porque esa noche Dios empezó a abrirme los ojos y a mostrarme las cosas que había hecho mal, o las cosas que había hecho bien en el pasado, pero que ya no estaba haciendo”.
“Y eso me permitió arreglar las cosas y decir: ‘Dios, tenías razón. Siento mucho haber llegado a este punto en el que sé que quiero tener éxito en mi deporte, pero tengo que centrarme en Ti y tengo que centrarme en mi familia primero’”.
En 2016, para sorpresa de muchos, Vincent no llegó a la final olímpica en Río. Pero su fe en Dios no se tambaleó.
“Al principio de mi carrera sólo confiaba en mí mismo y confiaba en que ‘quiero ganar una medalla de oro’. Pero en mi caso, Dios me ha hecho fiel porque ahora sé lo que es realmente la fe. Es tener confianza en lo que Dios ha puesto en mi vida”, dijo.
“Confío en Él, creo en Él, le amo y le soy fiel al aspecto de ‘Él es mi Dios’”.
Página:
http://godsend.com.ar//noticia/deportes/2021/07/28/atleta-olmpico-vincent-hancock-gana-su-tercer-oro-la-fe-en-cristo-lo-mantiene-humilde/1211.html