Internacionales

PRISIONEROS CONVERTIDOS A CRISTO

ASESINO CONVERTIDO EN ‘PROFETA’ LLEVA A MILES DE PRISIONEROS A CRISTO Y AL ARREPENTIMIENTO

allixte Karemangingo estuvo entre los miles de ruandeses incitados por la propaganda extremista y viles líderes de gobierno una de las peores atrocidades que el mundo haya visto.

Pero eso fue antes de que él se volviera cristiano y se diera cuenta que tenía regalos espirituales.

Durante el Genocidio contra los Tutsis en 1994, los Tutsis buscaban mantenerse con vida y se les dijo que fueran a ciertas localidades donde estarían seguros.

Como innumerables Tutsis se juntaron en estas locaciones (en muchos casos iglesias o lugares de adoración) muchas de ellas se convirtieron en trampas de sacrificio.

A pesar de ser una nación predominantemente cristiana, más de 800,000 Tutsis y Hutus moderados fueron asesinados en un periodo de tres meses, de abril a julio de 1994, por Hutus airados y fuerzas militares. Vecinos matando vecinos y cristianos matando cristianos.

Callixte, un ganadero Hutu viviendo en el distrito Nyamagabe, estuvo entre los Hutus quienes llevaron a sus vecinos Tutsi a un lugar “seguro” en su comunidad a pesar de saber que ese era el lugar donde serían ejecutados.

Algunos de ellos eran personas que él consideraba sus amigos. Pero esas relaciones no lo detuvieron de llevarlos a una muerte segura.

Por qué? Pues porque había odio en su corazón que fue inspirado por extremismo tóxico y propaganda gubernamental que llevó a Callixte y decenas de miles de otros a creer que los Tutsis eran enemigos del estado Ruandés.

Pero después de que terminó el genocidio y el levantamiento de un nuevo gobierno, Callixte fue enviado a la cárcel en Mayo de 1995. Él estuvo allí junto con miles de otros perpetradores genocidas e incluso Hutus quienes no tenían nada que ver con esos crímenes contra la humanidad.

Pasó cinco años en prisión, Callixte eventualmente comenzó una relación personal con Cristo.

“[Me arrepentí] en Febrero 8 del 2000. Eso fue cuando recibí mi revelación”, le dijo Callixte a los reporteros que lo visitaron, a su esposa y a sus amigos durante un viaje con la agencia humanitaria de World Vision. “Había una voz que me decía que el aire iba a soplar pero a aquel que se ha arrepentido de sus pecados desde el fondo de su corazón, ese aire no le haría nada”.

Fue en ese punto que Callixte llevó su relación con Cristo a otro nivel. A él se le predicó y comenzó a leer la Biblia constantemente.

“Fue allí que empecé a arrepentirme de mis pecados, cada uno de mis pecados. Me enfoqué primordialmente en el pecado de participar en el genocidio”. Dijo él a través de un traductor en su lengua nativa de Kinyarwanda.

“Estaba pensando de los Ruandeses que fueron culpados por su tribu cuando ellos no eran culpables. Rompía en llanto cada vez que pensaba en eso”.

Inspirado por la palabra de Dios y las enseñanzas de reconciliación y unidad promovidas por el Frente Patriótico Ruandés, el cual se levantó al poder después del genocidio y al final de la Guerra Civil Ruandesa, Callixte dijo que él había tomado la decisión de vivir una vida apartada para Dios.

Él dijo que sabía que debería escuchar el “buen liderazgo” que se levantaba al poder en su país en vez de el “mal liderazgo” que permitió que ocurrieran cosas como el genocidio.

Canciones de paz y reconciliación

Como músico, el cambio de corazón de Callixte lo inspiró a componer canciones centradas en el amor, unidad, paz y reconciliación. Dijo que él puede profetizar a través de la música.

“Esas canciones realmente tocaron la vida de las personas, mayormente prisioneros, y ellos empezaron a cambiar sus caminos”, dijo él. “Cuando empecé a componer esas canciones, empezaron a llevarme [a diferentes lugares] en otros distritos para cantar esas canciones. Incluso fui a la ciudad a cantar esas canciones”.

Callixte también dijo que él comenzó a predicar dentro de la prisión sobrepoblada.

“Me convertí en maestro para la corte comunitaria de la prisión. Les podía enseñar sobre vivir con otros”, explicó él. “Siempre podía enfatizar en el hecho de que Dios me dijo que sea que pida perdón sera perdonado”.

Al principio, dijo él, sus compañeros de la prisión todavía estaba influenciados por la ideología que los llevó a prisión y rechazaban sus enseñanzas. Pero eventualmente, dijo él, muchos prisioneros comenzaron a escucharlo.

Como músico, Callixte se involucró en diferentes competencias donde el cantaba canciones e incluso se le premiaba por eso. A pesar de que todavía era un prisionero, él dijo que el gobierno le permitía quedarse con el dinero que obtenía en esas competencias.

Conforme se convirtió en un líder vocal entre los prisioneros, dijo que él ayudó a por lo menos 8,600 prisioneros a arrepentirse con muchos de ellos viniendo a Cristo.

“El número [8,600] es realmente pequeño comparado con el número de personas que pidieron perdón y fueron liberados porque dijeron la verdad”, dijo el.

Uno de los pasajes Bíblicos principales que Callixte recitaba durante sus predicaciones en las prisiones era 1a de Corintios 1:1-30.

Ese pasaje llama a los creyentes de Cristo a estar “perfectamente unidos en mente y pensamiento” – una idea que tal vez sonaba inverosímil considerando la tensión étnica que existía en el país en ese tiempo.

La petición de Callixte para que sus compañeros de prisión se arrepintieran de sus pecados fue ayudada por el hecho de que el gobierno Ruandés lanzara una iniciativa permitiendo a los perpetradores buscar perdón a través de cortes “Gacaca” en la comunidad local.

La iniciativa Gacaca presentada no solo la oportunidad de que los perpetradores pidieran perdón de sus crímenes por sus víctimas sino también por los miembros de la comunidad para decidir cuál debería ser el castigo del perpetrador.

Esta iniciativa fue lanzada ya que había muchos casos en el sistema judicial de la nación y no podían ser tratados en un tiempo razonable.